No todo lo que te pasa aunque parezca malo, es siempre malo. A veces eso te lleva a algo más lindo, más grande… Algo eterno.
La noche de Halloween alguien irrumpió en mi carro y robó mi cámara y todo el equipo de mi negocio de fotografía sentí que también se robaron una parte de mi. Un pedazo de mi futuro, mi trabajo, mis sueños, todo lo que tenía para lograr vivir mi pasión, en fin me quedé sin trabajo en medio de una pandemia. Ese mismo domingo sin fuerzas ni esperanza fui a la iglesia y pedí una bendición de consuelo y para ayudarme a encontrar un trabajo. En esa bendición Dios me llenó de su amor. La bendición decía, “Que todo lo que estaba pasando sería para mi beneficio y saldría triunfante en todo” también me prometió “ Que encontraría un trabajo que iba a bendecir mi futuro” A los dos días vi como el milagro estaba a punto de empezar… En la clase del instituto Jacob se paró a dar un anuncio en el cual dijo, “ Que había una vacante en su trabajo” inmediatamente me pare y por primera vez vi los hermosos ojos de mi Jacob. La promesa se cumplió. Todo fue para mi bien. Pues entre las platicas largas y espirituales que tuve con Jacob me di cuenta que tenía enfrente de mí al hombre que por años le había pedido a Dios conocer. Jacob y yo nos enamoramos completamente. Nos dimos cuenta que todas las pruebas y lo que habíamos pasado en nuestra vida nos estaba preparando para conocernos… Todo fue espiritual. Viéndolo desde el ángulo espiritual todo tenía un propósito mayor, un propósito eterno. Hoy estoy comprometida con el Hombre de mis sueños mi corazón canta por todas las muchas dificultades y montañas que tuvimos que escalar Jacob y yo para poder encontrarnos.. No hay día en que Jacob no haga algo para recordarme que la vida es un milagro para aquellos que eligen creer. Aprendí tantas lecciones, como que las cosas materiales siempre se pueden reemplazar. Existe luz después de la tormenta. Cuando estamos dispuestos a ser vulnerables y confiar en Dios, Él siempre arreglará lo que sea injusto y nos bendice.